La semilla es un elemento asociado a la ida e identidad de los pueblos no solo del Ecuador sino del mundo. En este contexto las semillas implican o conllevan diversas dimensiones como son la siembra, la cosecha, el alimento de los pueblos, saberes ancestrales, tecnología, medicina, cultura, gastronomía, salud, expresión política, y soberanía de los pueblos. En otras palabras, las semillas como bienes comunes se vinculan en forma integral a la vida y salud de los pueblos, debiendo no ser objeto de privatización o apropiación empresarial.
En este sentido, la semilla no es elemento de creación espontáneo sino esta vinculada con las raíces de los pueblos, generando la unión del ser humano con la naturaleza, la generación de ciclos agrícolas, vida comunitaria y el control de los campesinos respecto a la semilla sin necesidad de la dependencia de la semilla comercial patentada.
Por otro lado, las semillas se vinculan con la preservación de los recursos naturales, la biodiversidad, la conservación del agua y la tierra a través de la siembra libre, almacenamiento, aplicación de saberes ancestrales y comunitarios, entre otros aspectos.
En contraste, pese a la importancia de la semilla como elemento de vida e identidad de los pueblos han sido objeto de una progresiva apropiación y mercantilización por parte de las empresas multinacionales en el mundo. Así mismo se han ampliado los marcos legislativos tendientes a establecer propiedad intelectual sobre las semillas (patentes u obtenciones vegetales) como también sancionar administrativa o penalmente el uso y comercialización de semillas nativas sin registro y sobre todo las semillas transgénicas protegidas por patente y de propiedad de las industrias semilleras.
Dicho contexto señalado en el párrafo anterior incide negativamente en las semillas debido a que causa efectos como: 1) pérdida del control de la semilla por parte del campesino; 2) erosión de la biodiversidad; 3) dependencia tecnológica; 4) apropiación de los saberes ancestrales por parte de las corporaciones; 5) contaminación de agua y suelo; 6) privatización de las semillas; 7) penalización del uso de semillas.
Sin embargo, pese a lo difícil del escenario descrito el control corporativo de las semillas aún no es total, siendo los movimientos campesinos quienes han desarrollado de forma activa una resistencia ha dicho fenómeno. En este sentido desde Ecuador las estrategias para afrontar esta problemática son las siguientes:
1) Un sistema normativo que responde al buen vivir: requiere de un ordenamiento jurídico que responda a la materialización del buen vivir, siendo el punto de encuentro la centralidad de los derechos constitucionales (Estado) y la solidaridad democrática (economía), los cuales tienen como punto de partida la Constitución y se irradian a todo el ordenamiento jurídico secundario. En palabras de Foucault, “el derecho es un instrumento más del poder. El saber se organiza alrededor de la normas, establece qué son normas y qué no lo son, qué cosa es incorrecta y qué otra cosa es correcta, qué se debe hacer o no hacer”.
Lo que se busca, por tanto, es la “constitucionalización” del ordenamiento jurídico que responde al buen vivir, en base a la supremacía y al carácter vinculante de la Constitución, la cual invade, condiciona e impregna a todos los cuerpos jurídicos, la doctrina y la jurisprudencia de la centralidad de los derechos constitucionales y la solidaridad democrática, propiciando, a largo plazo, un proceso que impulse cambios y transformaciones como la sostenibilidad y sustentabilidad del nuevo modelo de Estado, sociedad y economía trazados en la Constitución.
2) El desarrollo sustentable del país.- Tanto el Estado, la sociedad y la economía deben construirse en consonancia con los derechos de la naturaleza y los derechos de buen vivir, en especial, agua, soberanía alimentaria y medioambiente sano, buscan desarrollar que todas las actividades humanas, no solo las productivas o económicas, mantengan el equilibrio natural, no exploten indiscriminadamente los recursos naturales y se promueva la eliminación paulatina de las actividades extractivas y contaminantes.
3) La densa de las semillas nativas no debe ser una “revolución desde arriba”, en la cual se prescinde de la participación de la ciudadanía, y los campesinos por parte del Estado en la formulación de las políticas públicas en la materia, siendo las entidades públicas quienes determinan los contenidos, objetivos, estrategias de implementación, entre otros, reduciendo su implementación a un mero objetivo de la política económica en materia agrícola.
Con este escenario se pretende llevar a la práctica el principio de soberanía popular no solo en lo jurídico o institucional, sino también en lo económico, como fundamento de las decisiones y acciones del Estado ecuatoriano a través de la utilización por parte de los ciudadanos de los mecanismos de participación contemplados en el Artículo 100 de la Constitución, estos son: la formulación de presupuestos y planificación participativa, rendición de cuentas y control social, formación ciudadana, proceso de comunicación, audiencias públicas, veedurías, asambleas cabildos, consejos consultivos, observatorios, entre otras.
4) Aplicación de la consulta prelegislativa para la formulación de marcos regulatorios consensuados con los campesino, y ciudadanía: con este escenario se quiere llegar es a la co-construcción o co-creación de los marcos regulatorios de semillas, en los cuales el Estado y la sociedad acuerdan un trabajo comunicado, explicado y consensuado para formular e implementar los diversos aspectos institucionales, normativos, presupuestarios y de política pública en materia agrícola. Esto permite que los programas, proyectos o actividades realizadas por alguno de los grupos que se encuentran en la sociedad, así como el Estado, no dependan de la voluntad de los gobernantes o sus dirigentes, pues son co-construidas y sostenidas por ciudadanos y comunidades. Es decir se lograría na política democrática que potencie, coaligue, politice y oponga la fuerza social y los derechos sociales de los campesinos a la estrategia del capital financiero y el irrestricto a la propiedad privada. Una política que redistribuya recurso agua, tierra, semillas para facilitar la mejoría en la calidad de vida de todos y a la vez abra el campo de posibilidades de acción social y económica autónoma de sujetos colectivos autónomos capaces de tensionar con otro proyecto el sistema en el que actúa.
5) Diálogo de saberes e investigación transdisciplinaria: se refiere e refiere a una experiencia de promoción de este intercambio de conocimientos y prácticas entre una universidad y varios grupos de agricultores, o sea la academia con el campo. Esta experiencia fija un posible modelo para la sensibilización y formación de futuros profesionales del agro, potencialmente promotores de estos conceptos innovadores. Se demuestra en ella una alta capacidad de articulación interinstitucional a través del diálogo de saberes como herramienta de construcción conjunta de los bienes públicos. Al punto, de incidir en las decisiones de político que se traducen en leyes, tecnología y prácticas que las comunidades rurales demandan.
El diálogo de saberes es base fundamental para transformar, desde mi experiencia en área urbana y la institución en la que trabajo, hemos generado un espacio de encuentro entre productores, consumidores y personal técnico, el mismo nos permite impulsar diálogos que promueven la conciencia del consumo saludable, además de las necesidades y demandas de las diferentes partes para lograr establecer cambios reales en cuanto a la seguridad alimentaria.