Grover, gracias por tus reflexiones. Tu acercamiento sobre los desafíos autonómicos desde una perspectiva sistémica (constantes), nos recuerda que la autonomía es un proceso en construcción y que no se agota con la formalización o reconocimiento en normas o institucionalización de la autonomía pues ello podría verse como un fin en sí mismo. Por otra parte la diferenciación que realizas entre Gobiernos más que Estados, puede ocultar o restar responsabilidad a los mandatos institucionales y liderazgos públicos pues al final, me parece que es la arquitectura institucional la que facilita o restringe derechos o libertades. Por otras parte me parece sensato no perder de vista que los Estados, son un conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado. Al final el gobierno termina siendo una ordenamiento y operativización de la autoridad ejercida por un gobierno que dirige, controla y administra sus instituciones. Tener claro esto me parece relevante pues podríamos estar ante una instrumentalización de la autonomía ya sea como agenda electoral o fines políticos.
Hay muchos gobiernos que se han montado en la ola de interculturalidad, multi-culturalidad e identidades indígenas por conveniencia en materia de cooperación, moda o política, tener esos aspectos presentes me perece sensato para evitar cometer los errores y hacer del ejercicio autonómico no puro e idealista pero si basado en los contextos, demandas y realidades nacionales.
saludos.