En cuanto a las compras públicas se tiene un amplio marco normativo de los cuales tanto la normativa clásica como la progresista es de beneficio para los pequeños y grandes productores, incluso la agricultura familiar, puesto si se quiere el beneficio de los productores locales y el progreso de los mismos se deberá optar por una normativa progresista, y en el otro caso si se quiere elegir una compra encauzada a los productos, en este caso mayores beneficiados son las empresas establecidas como medianas y grandes industrias.
En cuanto a compras estatales nacionales las sumas son altas, lo cual encausa a una licitación, en ese entendido se sigue favoreciendo a empresas grandes. Por lo que desfavorece a las pequeñas microempresas en razón a que las mismas no cuentan con la capacidad de proveer varios paquetes licitados, considerando que las zonas son específicas y las organizaciones tiene tan solo uno a dos productos para ofertar. La norma progresista ha significado un gran avance en la transformación de la compras publicas, en razón a que las mismas dan mas oportunidades de que pequeñas empresas y sean impulsadas a ser parte de las licitaciones nacionales y asi crecer la producción nacional.