¿Qué conceptos (prejuicio, dogmatismo, superstición, fanatismo) te hicieron resonancia?
Muy bueno el análisis que plantea el autor, me hizo reflexionar más a profundidad sobre algunas situaciones de mi contexto, en varios niveles: político, de trabajo, familiar, etc y también nos invita a la autocrítica y autoanálisis, gracias por la lectura Pablo.
Pero quiero hacer notar algo, sobre la superstición, por ejemplo cuando yo era niña, recuerdo que en el área urbana, tachaban o calificaban de superstición “la asociación entre la luna llena y los partos”, sin embargo, ya siendo adulta, me doy cuenta que si puede haber una relación entre la luna llena y los partos, incluso hay investigaciones, es decir hay una explicación físico-biológica de este hecho, aunque por mucho tiempo fue tachado de “superstición”. Deduzco que hubo personas, en el pasado, que observaron e interpretaron esta asociación entre la luna llena y los partos, pero muchas parteras eran de área rural y fueron desplazadas por médicos que no tenían esas creencias y/o no observaban estos hechos; hasta que se hicieron investigaciones; recién se aceptó el hecho.
En conclusión hay observaciones y análisis de la naturaleza que pueden ser tachados de superstición, que podrían no serlo y tener explicación físico-biológica, pero son pocas las investigaciones para demostrarlo.
Por otro lado, está la FE de las personas, que en diferentes culturas tiene variaciones, en la cultura anglosajona ahora está de moda esto de las “energías”; pero también en nuestras culturas hay creencias del ajayu, por ejemplo si se cae un niño y se asusta, su mamá le llama su ajayu, esto me parece que es FE y es algo bueno, tal vez algún día se demuestre la naturaleza físico-biológica de estas “energías”.
¿Puedes contar una experiencia de cómo estos conceptos se reflejan en la realidad cuando pensamos o ejecutamos proyectos?
Hubo en una ocasión, una pequeña discusión sobre el conocimiento de “conservación y manejo sostenible” que tienen algunas comunidades originarias, un grupo decía que las personas de las comunidades no saben sobre conservación ni manejo, arguyendo que tienen poca educación y por sus escasos recursos económicos se ven obligados a hacer presión sobre los recursos naturales que les rodea; el otro grupo contrario argumentaba que si bien es cierto que hay presión sobre los recursos naturales, la prueba verificable de que las personas de las comunidades tienen conocimiento sobre manejo y conservación, era que tenían un sistema de rotación de cultivos ancestral llamado “manthas” que incluye manejo de tipo de cultivo comunal, descanso de la tierra e incluso manejo de animales (ganado camélido, ovino), asociado a las manthas. De la conclusión de esta discusión dependía, en gran medida, que tipo de acciones se propondrían en el marco de un proyecto.
En mi opinión, el grupo que creía que los originarios “tenían poca educación”, estaba con prejuicio; dado que no podían reconocer que la educación tiene diferentes formas y una de ellas es el conocimiento ancestral; por ejemplo una persona que nunca fue a la escuela formal y no sabe la definición formal de “conservación y manejo”, de todas maneras puede tener acceso a conocimiento práctico de parte de sus padres, abuelos y/o entorno social. Actualmente, en esas comunidades sigue vigente el sistema de rotación con manthas.