El reconocimiento como sujetas y sujetos políticos, históricos, económicos y culturales a los y las pobladores indígenas y campesinas permite su autodeterminación, el reconocimiento pleno de todos sus derechos, la accesibilidad a territorio y a los recursos naturales y una participación activa en las decisiones que le atañen, buscando el cumplimiento de sus reivindicaciones y necesidades.