La posición de Brasil ante la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales

La posición de Brasil ante la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales

de ADRIANO CORRÊA DE SOUSA -
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1).- ¿Tu país votó a favor de la Declaración de Naciones sobre los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales? ¿Las organizaciones campesinas exigieron el respaldo del Estado a la Declaración? 

2.- ¿Los sectores campesinos, instituciones y organizaciones de la sociedad civil vienen exigiendo a sus Estados la adopción de medidas para el cumplimiento de los derechos de los campesinos? 


Desde la creación en 2012 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, del grupo de trabajo intergubernamental para redactar y proponer una declaración sobre los derechos de los campesinos para que pueda ser adoptada por el Consejo y luego aprobada por la ONU, Brasil fue uno de los estados líderes comprometidos con el proceso, con mucha participación y seguimiento, contribuyendo con muchas sugerencias que fueron incorporadas. Algunas políticas del gobierno de Lula fueron ejemplos a tener en cuenta en la declaración, ya que las políticas públicas para la agricultura campesina fueron tomadas en cuenta en la lucha contra el hambre. Sin embargo, después del golpe contra Dilma Rousseff, la posición de Brasil cambió mucho y en la Asamblea General de las Naciones Unidas se abstuvo en la votación de la declaración.

Los sectores campesinos, por medio de las organizaciones de la sociedad civil, a su turno, siempre fueron muy activos a criticar la posición más reciente del Estado brasileño, formalizada por una nota pública para la aprobación de la Declaración de Derechos de los campesinos, campesinos y otras personas que trabajan en el medio rural, firmada por distintas organizaciones sociales, el 19 septiembre de 2018.

Brasil vive hoy un retrasao sin precedientes en su historia en relación a los derechos de los campesinos. Así cómo los pueblos indígenas, son perseguidos por el latifundio y la violencia en el campo solo aumenta en cada momento del gobierno Bolsonaro, pues hay en curso un desmantelamiento de las políticas de abastecimiento, agricultura y soberanía familiar y seguridad alimentaria y nutricional.