Y después del acuerdo de paz tan necesario y urgente, también notamos que el país está plagado de títulos mineros. Además, esta disposición 970 sobre la ilegalidad de las semillas nativas para que se imponga el uso de semillas certificadas continua agrandando las arcas de los políticos corruptos. De Uribe a Santos y al nefasto subpresidente Duque no hemos tenido quien se ocupe de entender a Colombia como un país en la que la biodiversidad y el conocimiento sobre ella son su mayor patrimonio y en ese sentido, los campesinos son los cuidadores que a su vez nos cuidan a todos. Más allá de las diferencias étnicas, la producción campesina de alimentos es la que nos permite vivir con salud y bienestar. Pero eso los corruptos de turno no lo ven. Y si le preguntan al gobernante de hoy qué está pasando en el campo, el responde "¿de qué me hablas viejo?" Así que el compromiso desde al gobierno colombiano se da con los latifundistas, paramilitares y narcotraficantes que financian sus campañas políticas.