Una temporada tuve el placer de trabajar con varias productoras campesinas, de comunidades rurales muy cerca de la ciudad de La Paz – Bolivia. Me encargaba de buscar espacios para la implementación de ferias ecológicas, donde ellas podían llevar a vender su producción. Así pude aprender mucho de ellas, por eso pienso que la mujer juega un rol importante en las actividades agrícolas, ellas significan seguridad alimentaria para sus familias y comunidades.
Sin embargo, todavía son discriminadas debido a las costumbres patriarcales que todavía están presentes en las comunidades indígenas, pues tienen menos acceso a la tierra y su tenencia es insegura, en algunos casos no tienen derecho a la herencia de tierras. A pesar de todo, las mujeres están presentes en todas las labores de producción: preparación de abonos, deshierbe, aporque, riego, cosecha. Mientras la mayoría de los hombres salen de sus comunidades a trabajar a la ciudad en otras labores. Posteriormente, la tarea de la comercialización en los mercados es un rol preferentemente femenino, pues según ellas a los hombres les da vergüenza salir a vender.
También pude notar que la decisión de producir de manera ecológica es más femenina, pues son ellas las encargadas de que van a sembrar y en qué momentos. Ellas cuidan las semillas, cuidan de las enfermedades y “curan” a los cultivos. Todo esto permite en ellas una conciencia de producción ecológica, y la relacionan con una vida saludable para sus familias, pues además de vender su producción, la consumen.
Sin embargo, todavía son discriminadas debido a las costumbres patriarcales que todavía están presentes en las comunidades indígenas, pues tienen menos acceso a la tierra y su tenencia es insegura, en algunos casos no tienen derecho a la herencia de tierras. A pesar de todo, las mujeres están presentes en todas las labores de producción: preparación de abonos, deshierbe, aporque, riego, cosecha. Mientras la mayoría de los hombres salen de sus comunidades a trabajar a la ciudad en otras labores. Posteriormente, la tarea de la comercialización en los mercados es un rol preferentemente femenino, pues según ellas a los hombres les da vergüenza salir a vender.
También pude notar que la decisión de producir de manera ecológica es más femenina, pues son ellas las encargadas de que van a sembrar y en qué momentos. Ellas cuidan las semillas, cuidan de las enfermedades y “curan” a los cultivos. Todo esto permite en ellas una conciencia de producción ecológica, y la relacionan con una vida saludable para sus familias, pues además de vender su producción, la consumen.