Campesino e indígena, pequeña producción familiar

Según la FAO, en los países en desarrollo, las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral en la agricultura, y cerca del 20% en América Latina y el Caribe. Como tales juegan un rol fundamental en la producción de los alimentos. Empoderar a las mujeres de América Latina y el Caribe -y en especial a las mujeres de la agricultura familiar- es una de las claves para que la región alcance su meta de erradicar el hambre y la pobreza rural.

Creo que esa puede ser una línea de acción interesante, Alvaro



Politicas Municipales Propuestas

Politicas pública orientadas a cambiar las condiciones

económico productivas en sus territorios locales,

especialmente mediante la implementación de

sistemas de riego, caminos y acceso a fuentes de

energía (electricidad y gas).

Políticas publicas especificas para la agricultura familiar y diferenciadas de acuerdo al tipo de productores identificados, destinadas fortalecer y modernizar ecologicamente la agricultura familiar, a través del apoyo financiero, asistencia técnica y acceso a mercados.


En el documento elaborado por la fundación tierra, propone las siguientes políticas publicas:

Para los campesinos tradicionales. En el caso

de las comunidades campesinas tradicionales,

las políticas públicas no solamente deberían estar

orientadas a ofrecer más y mejores servicios

en salud, educación y bonos sociales focalizados

en niños, madres y ancianos, sino que el foco de

atención debería estar centrado en lograr mayor

inversión pública para cambiar las condiciones

económico productivas en sus territorios locales,

especialmente mediante la implementación de

sistemas de riego, caminos y acceso a fuentes de

energía (electricidad y gas). Mientras no cambie la

base material de sus condiciones productivas (riego,

caminos, energía), será muy difícil que puedan

escapar a la extrema pobreza y desnutrición crónica.

Mayores inversiones en el agro necesitan de

una priorización del gasto público por encima de

las obras políticamente visibles (edificios municipales,

canchas de futbol, tinglados, tractores, escuelas

y postas sanitarias). También son necesarias

significativas inversiones mancomunadas (gobiernos

central, departamentales y locales), en infraestructura

productiva con perspectivas ciertas de

convertir la agricultura campesina en agricultura

bajo riego y con caminos de tránsito permanente.

Para los agricultores especializados. Los agricultores

especializados necesitan estímulos financieros,

exenciones tributarias, compras públicas a precios

justos, pero sobre todo políticas orientadas a la sostenibilidad

ambiental de su base material de recursos

naturales y a la construcción de modelos agroecológicos

que prioricen variedades de cultivos nativos de

alto valor. Será necesario aplicar controles sociales y

regulaciones que atenúen su diferenciación interna.

Para los agricultores familiares productores de

commodities. Establecer regulaciones estatales específicas

para controlar el crecimiento de la frontera

agrícola de cultivos de materias primas agrícolas

para la exportación, de modo que las empresas no

perjudiquen al medio ambiente, no destruyan los

bosques, no deterioren a la seguridad y soberanía

alimentaria y más bien promuevan la agricultura

familiar especializada con criterios ambientales y

agroecológicos sostenibles. De igual manera será

necesario aplicar controles sociales y regulaciones

que atenúen la diferenciación interna.

Para los pueblos indígenas. El Estado no debería

perder de vista su responsabilidad institucional al haber

titulado casi 32 millones de hectáreas de territorios

en favor de pueblos indígenas a los cuales la CPE

les otorga la capacidad de gestión de sus recursos

naturales y de autogobierno. Los territorios indígenas

son nuevas entidades político administrativas del

Estado Plurinacional de Bolivia y gozan de una autonomía

que sin embargo, no se les permite ejercer.

Por ello deberían contar con suficiente presupuesto

público para realizar inversión local en infraestructura

productiva y capacitación popular indígena en

gestión territorial, bajo principios de respeto a la libre

determinación y autogobierno, y a la consulta previa,

libre e informada, en casos de inversiones públicas

susceptibles de afectar esos territorios.