Ese campesino tiene un muy bajo nivel de expectativas, su ambición es ser como su padre o como su vecino más próximo. A medida que comienza el proceso de modernización del país, se construyen nuevas rutas y se extiende el servicio de electricidad y con ello llegan los autos, la televisión y la radio y el nivel de expectativas de este campesino comienza a subir. Si a esta situación se le suma el bajísimo nivel de ingresos con el cultivo de productos agrícolas tradicionales, la combinación indefectiblemente les lleva a vender lo que tienen y venir a la ciudad a buscar un futuro mejor.