Si bien la firma de los países para la aprobación de la DDC es un primer paso para abrir las puertas a la creación de políticas que respeten estos derechos en cada país, esto no precisamente suele pasar de esa manera, pues al no ser instrumentos jurídicos vinculantes los estados terminan haciendo caso omiso al encontrarse presionados por los intereses y acuerdos económicos con las empresas transnacionales, quienes si tienen instrumentos que obligan a los países a respetar sus acuerdos, tal es el caso de la OMC donde se encuentran la mayoría de países y es el espacio donde se deciden las políticas no sólo comerciales sino de producción en cada país.
Por esta razón es importante que NNUU tome una posición crítica frente al papel de la OMC en las decisiones de cada país que afectan a la población en general.