Si bien los movimientos y organizaciones del campesinado están avanzando en un posicionamiento específico sobre el acceso a la tierra , la participación dentro de los esquemas de acceso a la tierra y los recursos han sido casi invisible y lo serán mientras sean ignoradas tanto por la historia oficial como por la propia, ignoradas y por las políticas de Estado. Es por ello que mientras se desconozca la situación y condición, su contribución a las luchas de resistencia étnica, territorial y cultural, imposibilita alcanzar la equidad y desarrollo de éstas poblaciones.
Por ello se requiere profundizar y mejorar los canales de formulación e implementación de las políticas públicas y sus alances juridicos y de los bloques de derechos específicos con aquellos entes de interlocución gubernamentales y comunitarios, con los cuales establecer convenios y desarrollar acciones de gestión , con mirada en las experiencias personales y colectivas para contribuir a desarticular cualquier situación que menoscaben sus derechos tanto en sus propias tierra como en los contextos interculturales. Esta visión, entendemos es lo que permite una discusión abierta sobre el papel del campesinado con el Estado y sus respectivos gobiernos es la necesidad de crear espacios propios para sus demandas.
Los avances han sido poco significativos de los Estados y se hace necesario seguir exigiendo mejores condiciones de vida y acceso a los recursos.