En parroquias rurales de la zona norte de la provincia de Esmeraldas-Ecuador, las madres de familia han rescatado el cultivo de vegetales y plantas medicinales y alimenticias en estructuras que ellas llaman "eras". Para lo cual disponen de espacios/áreas elevada cercanas y accesibles a las casas para en ellas cultivar diferentes tipos de plantas y vegetales que las utilizan tanto para la preparación de alimentos como para medicina. El hecho de estar elevadas es con la finalidad de evitar que las gallinas u algún otro animal dañe los cultivos. Esta costumbre estaba siendo olvidada, pero a partir de la relevancia que en los últimos años se está dando a la agricultura y productos orgánicos, se ha intentado retomar ésta importante práctica que no solo ayuda en la economía de las familias sino que también en su salud al ingerir alimentos cultivados sin sustancias químicas.